Los vencedores de esta quinta edición han sido los hermanos Ricardo y Carlos Ferrón, al volante de un Mitsubishi Montero. Pero la clasificación ha estado muy reñida y las posiciones han ido variando a lo largo de las etapas, decidiéndose todo en una lluviosa última etapa.
En segunda posición de la general el coche más fotografiado del raid, el Volkswagen Baja Buggy de Juan Donatiu y Kim Vilatarsana, seguido del Opel Corsa de Javier Barbeyto y Ricardo Sánchez que afrontaba la última etapa liderando la general y un problema en los sistemas de medición los relegó a la tercera posición.
Pero hay ciertos equipos que merecen una mención especial por diferentes motivos, como el formado por Gonzalo Garmendia y Raquel Recio que completaron el raid en sexta posición con un Citroën GS, quizá el coche más cómodo de la prueba gracias a su peculiar suspensión hidroneumática. También modelos desarrollados hace casi 60 años y que todavía hoy son capaces de ganar etapas, como el Renault 4 del equipo formado por Iván e Íker Solera, o los entrañables SEAT 127 y el pequeño y ya exclusivo Talbot Samba. No podemos pasar por alto el Fiat Panda 4x4 de la familia de la Iglesia, que este año se negó a dar tregua a sus tripulantes y les hizo reparar en cinco de las ocho etapas. Y el coche que más arrojo, tesón y buena energía ha requerido de su equipo ha sido el dorsal 24, una Citroën AKS 400 (la 2CV) de Dani Sánchez y Francesc Sala, que han superado esta dura prueba y han sido aplaudidos en cada una de las etapas.